El bosque, un lugar tranquilo? [Alina]

Mark no se ponía a trabajar hasta dentro de unas buenas horas, era lo bueno de trabajar en una discoteca como Dark Luxury, sus horas de trabajo eran de noche, tenía todo el día libre. Hasta bien entrada la noche no tenía que trabajar. Por eso aprovechó el atardecer para ir a dar un paseo por el bosque, aún había mucos claros donde se colaba la luz del sol, peor la oscuridad empezaba a presentarse, en un muy ligero tono. Dejando el bosque perfecto para algún cuadro, quien supiera hacerlo, claro. Siempre le había gustado ese bosque, por eso tenía siempre la manía de pasear por allí cuando le apatecía estirar las piernas.

En esta extraña ciudad donde todo era la convivencia de las razas, le parecía que era el único licántropo,. Conocía muy pocos y no estaba seguro de si lo decían de verdad o para mentirle a él y así les diera pases gratis para la discoteca, de todos modos no lo había hecho. Siguió caminando totalmente relajado hasta pararse cerca de un lago que había en mitad del bosque, era pequeño pero alguna vez se había dado algun baño, se sento en una piedra de la orilla, perfecta para estar justo delante del agua pero por mucho que resbalase no caería dentro del lago, porque aún había algo de espacio entre él y el agua. Allí cerró los ojos aspirando el aire tan natural que por allí había.

Seguía pensativo sentado en esa roca, era extraño no haberse encotnrado aún nadie por el bosque, siempre había algun vampiro que había arrastrado a alguna víctima allí, algun fantasma errante que buscaba poder cumplir lo que aún le ataba en este mundo o alguna hada que se pensaba que el mundo era bueno y que nadie les ahría daño. Era el pan de cada día en esa ciudad, todo era cuestión de suerte y no encontrarse nada de eso, así no alteraban el relajamiento de la persona en concreto. Cogió un par de piedras tirándolas contra el agua que hizo un pequeño ruido absorviendo ambas piedras en apenas segundos, llevándolas con el resto de piedras, que por su peso no flotaban en el lago. Cuando parecía aburrirse y pensar en irse, algo hizo que cambiara de opinión sin duda alguna, la aparición de una chica rubia, a la que conocía bien, una humana, era Alina, una humana en medio de tantas razas.

Ella le dijo eso, cosas a las que ya estaba acostumbrado el chico. La chica iba de dura casi siempre, en una ciudad así debía hacerlo. Siempre era fría y calculadora, pero en esta ciudad una humana que no fuera así, acabaría siendo pasto de los gusanos, convertida en vampira o alguna cosa por el estilo. El comentario era para atacar de una forma ligera a la gente que hablaba con ella, porque así le respetaban más o menos, como un escudo. Una carcajada se escapó de su boca, respondiendo - Yo no veo ningún perro cerca, será que con tantas razas por aquí, empiezas a ver visiones - Se rió, dejándole un hueco en la piedra - Conmigo no te servirá de nada comportarte así, yo también soy minoría en esta ciudad, aún no he conocido nadie que fuera como yo, estamos en las mismas - Se rió otra vez, para luego cruzarse de brazos mirándola.

Observó como su rubia amiga iba caminando con lentitud, ella estaba observando el paisaje que, siendo el atardecer, quedaba mucho más bonito con los tonos de luz que dejaba en los árboles, en el agua, en todos lados. Era uno de los lugares más bonitos que había visto de esa ciudad, aunque muchos otros podrían llegara ser bonitos si no fuera por la presencia de demasiados vampiros hambrientos por allí o cosas raras paseándose de forma errante, aunque normalmente los fantasmas no hacían dño, había encontrado alguno de raro y que no dejaba en paz a la gente. Dudó sobre si sentarse a su lado, en el hueco que había dejado, pero acabó sentándose sin decir nada más. Ella sabía que era un licántropo.

Eso nunca le había dado miedo, porque sabía que él no le haría nada, la apreciaba muchísimo y ella era una chica que siempre sacaba el mejor lado de él mismo y él conseguía que ella hiciera lo mismo. Ella era una chica guapisima y algunas veces cuando ambos eran muy cariñosos habían hecho que su relación además de amistad, fuera con derecho a roce, demasiado roce. Atentamente escuchó lo que decía - Si, te estoy llamando loca - Se rió ligeramente y le dió unos golpecitos en el hombro - Claro que llevo razón y por eso se como te sientes y porque te comportas de esa forma, pero de veras, conmigo no hace falta, aunque debo reconocer que estás muy guapa haciendote la dura - Sonrió sacándole la lengua amistosamente.

Ella pareció estremecerse, pero no quiso darle más importancia de la que tenía. Siempre la había considerado una buena amiga, pero claro, tanto roce hace el cariño y él además de como una amiga, la ve como una chica muy pero que muy guapa, por eso a veces terminaban haciendo lo que terminaban haciendo. No era algo que le disgustase, ni mucho menos, era una relación curiosa a la que él estaba encantado y nunca se negaría a esa extraña amistad. Se quedó mirando al agua distraídamente, aunque a veces también miraba hacia su rubia amiga, que pronto mostró su ligero enfado por eso que Mark le decía sobre su locura.

Se rió cuando ella le lanzó esa mirada que intentaba fulminarle, esas miradas no servían con él - No lo intentes Alina, aunque estes loca no te saldrán esas miradas, aunque eso de loca te lo decía de broma, ahora no te enfades conmigo. Te cuesta cambiar? hay veces que estás mucho más cariñosa conmigo, porque es entonces? -Sonrió al ver como ella sonreía a modo de disculpa y luego con ese toque de superioridad pero de diversión decía que estaba guapa siempre - Pues si, lo se, que estás guapa siempre, en eso te doy la razón - Volvió a reírse mientras se colocaba mejor en la piedra para que ella se sentara más amplia y comoda.

Sonrió al ver que ella parecía desistir en su idea de matarlo con la mirada y se dispuso a contemplar el lago. Él la observaba y se percataba como alguna vez le miraba de reojo, no le importaba, lo hacía de buena fe y corrroboraba lo que él decía de que no era tan mala, hizo ese comentario sin enfado y bromista - Oh vamos, yo no tengo ninguna culpa de eso, además la bruja te cobrará mucho para hacer eso, además no he hecho nada malo por merecerlo, no? - Le puso carita de pena para ver que decía o hacía y luego volver a reirse por su comedia, era buen actor. Él sabía que ella era cariñosa y solo hacía falta que ella se sintiera comoda y todo cambiaba sin lugar a dudad, en un momento.

Sonrió al escuchar eso - Solo tengo que mirarte un poco? yo pensaba que era más complicado, pero se que te gustan mis achuchones, no mientas Alina - Ella había confesado eso de corazón y él lo agradecía. Al terminar de escuchar eso negó - No debes darme las gracias y además, tanta vampira sexy? yo no he visto ninguna de sexy, no me gustan las vampiras, ni los vampiros en general y tu les das mil vueltas, Alina - Se rió ampliamente y al recordar lo de antes la rodeo con ambos brazos dándole un achuchón cariñoso y un beso en la mejilla - Que tal por la ciudad? se que es complicado para una humana estar por aquí, sin duda alguna - Eso se lo dijo con seriedad, con tal de consolarla, por ser una de las pocas humanas

Se rió él también imaginándose a su amiga desembolsando una buena cantidad de monedas para que una bruja le hechizara los ojos y pudiese asesinar con la mirada, sin duda sería una buena imagen. Pero las brujas con talento cobraban muchísimo y era más fácil coger un cuchillo y dejar de tantos hechizos y hacerlo como siempre, con las manos. Sonrió al oír eso de que se había salvado - Estoy mucho más tranquilo ahora que me lo dices y no acabaré frito por tu mirada - Se rió por las bromas que ambos se hacían. Ella confesó que le gustaban sus achuchones. Ella correspondió al abrazo y le dió un beso cerca del cuello, le gustó y con una gran sonrisa respondió - A mi me gustan que te gusten - Achuchándola aún.

Escuchó eso de los vampiros y negó - No, no me gustan mucho, las vampiras, los vampiros menos. Muy guapos? por dios Alina - Negó para si mismo, pero luego escuchó el comentario de la chica - Ah si ? Eso iba a decirte, que te gusta más un lobito o unos colmillitos, pero bueno, puedo decirte que tu estas mejor que todas las vampiras - Sonrió guiñándole un ojo. Ella seguía recostada en él, ella se acostumbraba a la ciudad, ahora ya no era igual de peligrosa para él y añadió - Mejor que vayas vigilando y acostumbrarte a ir con cuidado, con eso, ya tienes la ciudad controlada, almenos para no sufrir daño alguno - Sonrió, acariciandole el pelo con suavidad.

Se rió con ella por el comentario de que las miradas no mataban, no era por el hecho de tenerles miedo, ni nada parecido, que se hubiera acostumbrado, pero vivir rodeado de vampiros, trabajar rodeado de vampiros y servir las copas a los vampiros, le había hecho superar rápidamente esas frías miradas, en las que si muestras un signo de debilidad eres un pedazo de carne con el que todos van jugando y al final abandonan porque les ha aburrido, típico de los chupacuellos, pensó. Sonrió ante su comentario - Vale que a los dos nos gusta lo que le gusta al otro - Se rió ligeramente mientras observaba como ella pensaba, ya había bajado defensas, ahora ya era la chica con la que él lo pasaba genial. Y sacaba su lado más simpático, amable y cariñoso, algo difícil de conseguir.

Mark no pudo evitar soltar unas carcajadas - No, tu porque no lo hueles, a mi con el hedor a vampiras que sueltan, no me gusta ninguna, por ejemplo viendote a ti más ligerita de ropa seguro que me saltan los ojos y no solitos, bailando, cantando y todo lo que quieras - Se rió, era un cumplido un tanto pícaro, pero le había gustado hacerlo. Ella le elegía a él - Entonces tal como tu me eliges a mi yo te elijo a tí - Se rió sacándole la lengua y escuchó eso de que era la mejor y luego decía lo del principe, había sido gracioso - No dudaba que fueras la mejor - Aún tenía los brazos en su cintura, para quedar más cerca cuando hablaban porque sus manos rodeaban su cuello y le susurró, acercandose hasta que ambas narices casi se rozaban - Y si este principe azul salvara a esta princes aeu tiene delante, como s elo agradecería la princesa? - Sonrió malicioso, para ver que decía la chica.

Seguía con sus brazos en su cintura, ella, inconscientemente por lo que parecía, empezó a enredar una de sus manos en el pelo del chico, acariciando su piel debajo de este, y al cabello propiamente, le gustaba la sensación, para que negarlo? Ella se contuvo una carcajada, se le vió. Pero cuando iba a reirse la segunda parte del comentario hizo que ella se sonrojara. Ella casi nunca se ruborizaba, pero cuando estaba con él parecía que su defensa no le servía de mucho y acababa sonrojándose. Se rió y le dijo - Estás muy guapa con ese contraste del rosado con tu piel, Alina - Sonrió guiñándole un ojo divertido. No tenía ninguna duda de que eso la haría sonrojarse aún más, pero era la verdad.

Alzó ligeramente una ceja, no era algo que le pareciera muy divertido, prefería mantener sus ojos en su lugar - Oye, espero que no me caigan nunca, que miedo, luego a quien gustaría, eh? - Se rió al ver que el rosado de sus mejillas volvía a subir. Notó el beso en la mejilla y ella le decía que el príncipe debería salvar a la princesa para obtener una buena recompensa, luego le pedía que recompensa querría el príncipe y con un susurro le dijo - Bueno, eso dependería de lo que quisiera dar la princesa como recompensa, no se a que estaría dispuesta dicha princesa - Se rió , diciendo eso con una sonrisa pícara para ver que decía ella, para ver a que estaba dispuesta la chica.